Category Archives: Uncategorized

Cómo los Bancos Locales Conocen (Exógenamente) los Negocios Locales

En la edición de setiembre de 2016 del Review of Corporate Finance Studies, un journal publicado por Oxford University Press, aparece publicado mi artículo escrito con Mark Garmaise (disponible gratuitamente sin subscripción gracias a la gentileza del Editor en decidirlo así), titulado “Spillovers in Local Banking Markets”. El artículo versa sobre la relación entre instituciones financieras y empresas en el Perú en geografías muy locales, a lo largo y ancho del país por un período prolongado de años recientes. Quien tenga tiempo e interés puede leer el artículo completo, que no resumiré aquí. Me parece más relevante considerar algunos aprendizajes respecto a esa realidad cercana y a la vez misteriosa de cómo las entidades financieras conocen a las empresas.

El paradigma de cómo se da ese proceso ha tenido en la discusión académica un tono negativo.

Desde el paper seminal de Stiglitz y Weiss (1981), la discusión se ha centrado en demostrar cómo los problemas de selección adversa y riesgo moral complican el proceso mediante el cual una empresa accede a fondos para sus necesidades de inversión. La historia es simple y se resume en que aquellos que están más deseosos de un crédito bancario son justamente los más propensos a desaparecer con el dinero y nunca repagarlo. El banco entiende esto. Ante esta realidad, la curva de oferta de créditos del banco no tiene una pendiente positiva sostenida, sino una curva con quiebres y contorsiones que reflejan esa fricción de mercado. El banco no le da dinero al cliente que le ruega más insistentemente, sino al que pasa satisfactoriamente las barreras de sus modelos de análisis crediticio. En la base de estas fricciones de mercado se encuentra la asimetría de información entre empresa y banco. La empresa sabe mucho sobre sí misma, mientras que el banco no sabe casi nada sobre esa empresa y por tanto arriesga demasiado al prestarle dinero.

Una forma de avanzar esta discusión bastante entrampada en la literatura, desde el punto de vista empírico, es crear “shocks” de información en mercados bancarios. Eso es lo que hacemos en el paper, y la siguiente figura da una idea de cuáles son nuestros shocks.

intograph_j

Las empresas del sistema financiero están obligadas a pedirle información a sus empresas clientes, dependiendo de qué tipo de cliente son. Gracias a que, en la regulación de los años del mercado bancario que estudiamos (2001-2010) la regulación bancaria consideraba de manera distinta a las empresas sujetas de crédito dependiendo del umbral de cuánta deuda tenían en el sistema, nos enfocamos en crear el umbral, con algo de ruido de tipo de cambio. Me refiero a ruido haciendo mención a que si las empresas saben que van a cruzar el umbral quizás puedan empezar a maniobrar para no cruzarlo. Para solucionar ese problema, creamos una técnica (basada en empresas que tienen créditos tanto en soles como en dólares) para hallar situaciones en las que las empresas no podían predecir exactamente su umbral del próximo mes debido a cambios macroeconómicos del precio del dólar. Nuestro enfoque con estos umbrales consistió en medir impactos en las empresas que estaban justo por debajo y por arriba del umbral. Nos centramos, además, en las empresas vecinas geográficamente de esas empresas del umbral y que formaban parte de la misma red bancaria que las empresas del umbral. Así, hallamos una forma de encontrar cambios exógenos en cómo un banco llega a conocer a negocios locales: a través de conocer mejor a sus empresas vecinas, según los shocks macroeconómicos hacían que esas vecinas fueran escudriñadas más estrictamente por los bancos.

Los resultados y la discusión detallada se encuentran en el paper: encontramos spillovers positivos, lo cual implica que estos procesos de conocimiento “exógeno” o aleatorio son positivos para expandir el negocio de los bancos.

¿Puede haber una discusión más positiva sobre cómo los bancos realizan su labor y empiezan a conocer más y mejor a sus clientes empresariales? Yo pienso que sí, pero el éxito de una visión positiva depende de todos los agentes económicos.

Por ejemplo, la enseñanza social de la Iglesia Católica (compendiada magistralmente con multitud de citas) da pautas para la creación de una cultura (o “ética social”) de la confianza y de la solidaridad entre trabajadores, empresas y entidades financieras. Los entrelazamientos entre el sector real y el sector financiero pueden ser de muchos tipos, pero su florecimiento se ve bloqueado a veces por una ética social del engaño, el fraude, el ocultamiento de información, el oportunismo y otros vicios que al final del día dañan más a quien los ejerce que a quien aparentemente pierde en la transacción económica. El buen uso de la libertad de cada agente económico – y cada persona, vista con un lente no solamente económico sino integral – hará que poco a poco pasemos de una visión negativa de las fricciones en estas transacciones a una lógica positiva y esperanzadora. El Perú ganará con eso.

¡Adiós al turno tarde! Nuevas oportunidades para mejorar aprendizajes en América Latina y el Caribe

Desde Chile a México, un fenómeno está revolucionando a los sistemas educativos públicos en América Latina y el Caribe, los dobles y triples turnos en las tardes están siendo eliminados, reapareciendo jornadas educativas extendidas y completas. Si bien los sistemas educativos empezaron con jornadas únicas, la ruptura de la misma para la creación de jornadas matutinas y vespertinas respondió a la decisión de incorporar estudiantes de forma rápida al sistema educativo y así responder al contexto de rápido crecimiento demográfico. ¿Pero cuál ha sido el efecto en los aprendizajes?

La población en edad de asistir a educación secundaria se multiplicó por 5 en la segunda mitad del siglo XX en LAC, mientras que la tasa de matrícula aumentó en promedio del 12 al 72 por ciento (ver gráfica abajo). El crecimiento de matrícula en ALyC, si bien necesario para garantizar el derecho a la educación, claramente creó retos en la capacidad del sistema para mantener la calidad de los servicios educativos.

Los objetivos de aumentar la matricula se lograron, pero con un uso limitado de la infraestructura por alumnos, docentes que trabajan dos turnos escolares con poco tiempo de preparación. Todo esto enmarcado en un contexto en el que el debate educativo no estaba enfocado en los aprendizajes de los alumnos. Las pruebas internacionales como PISA, así lo demuestran. En suma, bajos recursos y bajos resultados generaron un equilibrio de bajo nivel[1], un círculo vicioso de baja calidad y cantidad de recursos y baja demanda de resultados.

Afortunadamente, la situación está cambiando. Las tasas de crecimiento de la población han disminuido en la mayoría de los países de ALyC. En algunas áreas, como la Ciudad de México, la disminución de la población es notoria, generándose oportunidades de mejorar la intensidad del uso de recursos por alumno matriculado. Adicionalmente, en algunos de los países de la región como el Perú, los gobiernos nacionales están dedicando mayores recursos a educación, también generando oportunidades de una mayor intensidad en el uso de los recursos educativos por alumno. Y, afortunadamente, en algunos países, ¡se está registrando simultáneamente la disminución en la población y aumento del gasto en educación!

El regreso a jornadas escolares completas está ampliando las oportunidades de aprendizaje, por lo que se espera mejoran. No obstante, el cambio no va a ser automático. Salir del equilibrio de bajo nivel requerirá que, entre otras cosas, nuevas metas de aprendizaje, más altas y ambiciosas, guíen el proceso pedagógico en estas escuelas. En mis visitas a escuelas aplicando jornada escolar completa he visto satisfacción entre alumnos y docentes con la nueva situación. Particularmente, los talleres que suelen acompañar las jornadas escolares completa dan a los estudiantes la oportunidad de participar más activamente en el proceso educativo, motivándolos. ¡Es necesario que los profesores maximicen estas nuevas motivaciones!

Las evaluaciones muestran resultados positivos y promisorios de las jornadas escolares completas. Holland, Alfaro y Evans (2015) presentan resultados positivos de expansión de la jornada escolar en evaluaciones en un grupo de países en América Latina, pero advierten que los costos serían elevados en el caso de Uruguay. Estudios recientes en Perú, Agüero (2016) muestra que en el primer año de implementación la Jornada Escolar Completa aumentó el rendimiento académico de matemática entre 14% y 23% de un desvío estándar. ¡El efecto cumulativo de estos logros son muy prometedores! Con relación a los costos, a diferencia del ejemplo analizado por Holland, Alfaro y Evans (2015), países como Honduras han ampliado la jornada usando provisiones que ya existían en las leyes del país y tomando ventaja de la transición demográfica, con impactos casi neutros en costos.

Las posibilidades que nos está brindando la evolución demográfica para el regreso de la jornada escolar completa es una de las mejores noticias para los estudiantes de los sistemas públicos en ALyC. Dependerá de los hacedores de política aprovechar la oportunidad y apoyarla con intervenciones complementaria en otras dimensiones del proceso educativo,

también generando oportunidades de una mayor intensidad en el uso de los recursos educativos por alumno. Y, afortunadamente, en algunos países, ¡se está registrando simultáneamente la disminución en la población y aumento del gasto en educación!

El regreso a jornadas escolares completas está ampliando las oportunidades de aprendizaje, por lo que se espera mejoran. No obstante, el cambio no va a ser automático. Salir del equilibrio de bajo nivel requerirá que, entre otras cosas, nuevas metas de aprendizaje, más altas y ambiciosas, guíen el proceso pedagógico en estas escuelas. En mis visitas a escuelas aplicando jornada escolar completa he visto satisfacción entre alumnos y docentes con la nueva situación. Particularmente, los talleres que suelen acompañar las jornadas escolares completa dan a los estudiantes la oportunidad de participar más activamente en el proceso educativo, motivándolos. ¡Es necesario que los profesores maximicen estas nuevas motivaciones!

Las evaluaciones muestran resultados positivos y promisorios de las jornadas escolares completas. Holland, Alfaro y Evans (2015) presentan resultados positivos de expansión de la jornada escolar en evaluaciones en un grupo de países en América Latina, pero advierten que los costos serían elevados en el caso de Uruguay. Estudios recientes en Perú, Agüero (2016) muestra que en el primer año de implementación la Jornada Escolar Completa aumentó el rendimiento académico de matemática entre 14% y 23% de un desvío estándar. ¡El efecto cumulativo de estos logros son muy prometedores! Con relación a los costos, a diferencia del ejemplo analizado por Holland, Alfaro y Evans (2015), países como Honduras han ampliado la jornada usando provisiones que ya existían en las leyes del país y tomando ventaja de la transición demográfica, con impactos casi neutros en costos.

Las posibilidades que nos está brindando la evolución demográfica para el regreso de la jornada escolar completa es una de las mejores noticias para los estudiantes de los sistemas públicos en ALyC. Dependerá de los hacedores de política aprovechar la oportunidad y apoyarla con intervenciones complementaria en otras dimensiones del proceso educativo.

¿Guarda el Gobierno Pan para Mayo y Leña para Abril? Una Caracterización de la Naturaleza Cíclica del Consumo e Inversión Públicos en el Perú

Durante la pasada campaña electoral varias agrupaciones políticas manifestaron, de una u otra manera, su intención de seguir una política fiscal expansiva para hacer frente a la desaceleración de la economía peruana. Es decir, proponían una política fiscal contracíclica –término que en la última década se ha venido instalando en el vocabulario de analistas y hacedores de política en el país. Se dice que una política fiscal es contracíclica cuando el gobierno aumenta el gasto (consumo e inversión) o reduce impuestos en periodos en que el PBI está por debajo de su nivel de tendencia, y hace lo contrario cuando el PBI está por debajo de dicho nivel. Al hacer una política contracíclica con el consumo e inversión públicos, el gobierno estaría guardando ¨pan para mayo y leña para abril¨, como dice parte de un antiguo refrán.

Las economías avanzadas llevan a cabo políticas contracíclicas con regularidad. Un ejemplo reciente es la política expansiva del gobierno norteamericano durante la Gran Recesión. Este tipo de políticas son importantes para atenuar las fluctuaciones de la producción y el empleo, lo cual permite elevar el bienestar de la sociedad. Paradójicamente, diversos estudios encuentran que los países emergentes y en desarrollo siguen políticas macroeconómicas procíclicas.[i] En el caso peruano, hay algunas preguntas que merecerían atención: ¿Ha sido el Perú uno de los tantos países que ha seguido políticas fiscales procíclicas?, ¿son éstas diferentes dependiendo de la fase del ciclo económico?, ¿ha habido algún cambio recientemente?, ¿qué razones explicarían dicha ciclicidad de las políticas fiscales?. Esta entrada abordará brevemente estas preguntas centrándose en el consumo e inversión públicos.[ii]

Una forma simple de medir la ciclicidad de una política es calculando el coeficiente de correlación entre las variaciones del instrumento de política y del PBI. Una correlación positiva (negativa) entre un componente del gasto público y el PBI indicaría una política procíclica (contracíclica). Así, la correlación de las variaciones del consumo público y PBI (ajustados por inflación) de sus respectivos niveles de tendencia es 0.61 para el periodo 1980.I-2015.IV (ver Figura 1). El estimado análogo para el caso de la inversión pública es 0.29. Es decir, el consumo público ha sido más procíclico que la inversión pública históricamente. Si se considera el gasto público total (consumo más inversión), se tiene una idea más completa de dicha prociclicidad (tercera barra en la Figura 1).

[i] Ver, por ejemplo, Calderón, C., Duncan, R., Schmidt-Hebbel, K., 2016, Do Good Institutions Promote Countercyclical Macroeconomic Policies?, Oxford Bulletin of Economics and Statistics.

[ii] Un análisis más amplio incluiría los cambios en impuestos. No obstante, las principales conclusiones tienden a ser similares.

Contaminación ambiental en Lima reduce oferta laboral

La contaminación del aire en Lima alcanza niveles nocivos para la salud humana. Tomemos el caso del material particulado fino (PM2.5 por sus siglas en ingles), uno de los contaminantes más importantes. PM2.5 es un polvo muy fino capaz de penetrar a los pulmones y al torrente sanguíneo. Amplia evidencia científica sugiere que este contaminante, producto de la combustión de gasolina y petróleo, ocasiona graves problemas respiratorios y cardiovasculares e incluso muerte, especialmente en poblaciones sensibles tales como niños y ancianos.

En el periodo 2007-2011, el nivel promedio de PM2.5 en Lima fue de 42 μg/m3, muy por encima del máximo establecido por estándares internacionales. Pese a que la calidad del aire ha mejorado en los últimos años, posiblemente debido a la renovación del parque automotor y uso de gas natural, los niveles de PM2.5 se mantienen a niveles elevados (ver Figura 1).

Figura 1: Evolución de PM2.5

Recientes estudios, en U.S, India y México, sugieren que, además de los nocivos efectos en la salud humana, la contaminación del aire podría afectar los niveles de vida a través de mercados de trabajo debido a su efecto negativo en productividad de trabajadores y capacidad de trabajar. En un trabajo conjunto con Paulina Oliva de UC Santa Barbara y Juan José Miranda del Banco Mundial, exploramos este potencial costo social de la contaminación ambiental. En particular, estudiamos los efectos de PM2.5 en la oferta laboral en Lima Metropolitana.

Nuestra investigación encuentra que PM2.5 reduce de modo significativo el numero de horas de trabajo. A niveles moderados (entre 35-75 μg/m3), el efecto se observa solo en hogares con niños y ancianos. A concentraciones mayores (encima de 75 μg/m3), PM2.5 afecta a todos los hogares (ver Figuras 2a y 2b).

Figura 2: Efecto de PM2.5 en horas de trabajo por semana


(a) Hogares con niños y ancianos


(b) Hogares sin niños ni ancianos

Notas: Eje vertical mide el efecto de diferentes niveles de PM2.5 en horas de trabajo por semana. Los rombos representan los estimados, las líneas verticales son el intervalo de confianza al 95%.

Esta evidencia sugiere un vinculo indirecto entre contaminación del aire y oferta laboral: PM2.5 afecta la salud de niños o ancianos lo cual requiere que otros miembros del hogar dejen de trabajar para cuidarlos. Consistente con esta interpretación, encontramos que PM2.5 incrementa la incidencia de enfermedades respiratorias agudas en niños pequeños. Sin embargo, a mayores concentraciones, el vinculo es mas directo: PM2.5 afectaría la salud de adultos y reduciría su capacidad para trabajar.

La magnitud del efecto es importante. Una reducción del PM2.5 promedio de Lima a niveles permisibles por normas internacionales incrementaría la oferta laboral de individuos en hogares con niños y ancianos en casi 7 horas por semana. Mas aun, encontramos que la contaminación del aire reduce el ingreso familiar, especialmente cuando los trabajadores no tienen contratos laborales, y por ende carecen de beneficios tales como vacaciones o descanso médico. Eso sugiere que los hogares tienen una capacidad reducida para mitigar estos efectos negativos.

Nuestra investigación recalca la importancia de tomar en cuenta la pérdida de horas de trabajo e ingreso laboral, al evaluar los costos sociales asociados a la contaminación ambiental. Más aun, nuestros resultados sugieren importantes efectos redistributivos de la contaminación ambiental: la mayor parte del costo económico, en términos de menor oferta laboral y menores ingresos, es sufrida por poblaciones vulnerables tales como hogares con niños y ancianos, y trabajadores informales.

Notas: Para mas información ver la investigación original en http://documents.worldbank.org/curated/en/2016/04/26294380/particulate-matter-labor-supply-role-caregiving-non-linearities

La Productividad Como Clave del Crecimiento y el Desarrollo: En el Perú y el Mundo

Norman V. Loayza∗
Departamento de Investigación, Banco Mundial
Mayo 2016

Una de las lecciones más importantes en la ciencia económica es que la productividad es la clave del crecimiento. Y así ha sido en la historia económica del Perú, y particularmente en la transformación económica iniciada en los años 1990.

Hacia la primera mitad del siglo XX, Joseph Schumpeter y John Hicks dieron especial relevancia a la mejora en la productividad, en un contexto en que las economías de Estados Unidos y Europa se encontraban en la Gran Depresión. Más recientemente, la productividad ha sido el foco de atención de expertos como Philippe Aghion, Robert Barro, Robert Lucas y Ricardo Caballero, particularmente en sus estudios sobre desarrollo económico. William Easterly y Ross Levine realizaron un estudio hace unos años en el que examinaron una muestra grande de países y observaron el crecimiento que habían obtenido, y trataron de explicar por qué razón se había dado. Llegaron a la conclusión central de que los cambios en el crecimiento estaban explicados fundamentalmente por cambios en la productividad. Esta lección tan básica puede ser apreciada, precisamente, en la economía peruana, como se ve en el cuadro 1.

Como bien se sabe, entre el 75 y el año 90, el Perú decreció profundamente; después del año 90, se produjeron un crecimiento y una recuperación sustanciales de la economía. Puede establecerse que el año 90 es el punto de cambio estructural en la economía peruana. ¿Qué sucedió entre esas dos épocas con relación al capital, el trabajo, y lo que llamamos la productividad total de los factores (PTF)? Lo que explica realmente la variación de menos a más en el crecimiento es la productividad total de los factores.

La productividad, definida como el valor del producto por unidad de insumo, comprende cuatro componentes principales: (1) la innovación, que consiste en la creación de nuevas tecnologías, productos y procesos; (2) la educación, que disemina la innovación y desarrolla conocimientos y habilidades; (3) la eficiencia, que procura el uso y distribución eficaz de los recursos productivos; y (4) la infraestructura física e institucional, que otorga bienes y servicios públicos en apoyo a la economía.

A pesar del innegable progreso económico del Perú en los últimos 25 años, la mayoría de áreas que afectan la productividad están todavía rezagadas. Compararemos los avances del Perú con los de otros países. El cuadro 2 grafica datos tomados del Foro Económico Mundial, que reporta año a año cómo se relaciona un país con el resto del mundo en sus avances en distintas áreas de la economía. (El cuadro muestra seis campos. El concepto amplio de infraestructura arriba mencionado incluye el rol de las instituciones, la estabilidad macroeconómica y la infraestructura física. Por su parte, el concepto de educación se encuentra en el gráfico aumentado con medidas de salud y capacitación.) Dada nuestra expectante situación, compararemos al Perú con los mejores casos de progreso en la región y el mundo: Chile y Corea del Sur, respectivamente.

En comparación con estos líderes regionales y mundiales, el estado de la innovación, la educación y capacitación, y las instituciones gubernamentales e infraestructura física es relativamente bajo. La eficiencia en la distribución de recursos se encuentra en mejor posición, primordialmente como mérito del dinamismo del sector privado. Sólo en la administración macroeconómica, el Perú alcanza niveles de la mejor calidad internacional.

La estrategia para la mejora en la productividad debiese ser distinta para cada uno de sus componentes, como se sugiere en el cuadro 3. En innovación y en educación, la estrategia correcta exige invertir más y con mejor criterio. En cuanto a eficiencia e infraestructura, la estrategia requiere mejorar el uso de los recursos ya asignados.

En todos estos campos, son imprescindibles las reformas pendientes en gobernabilidad, en marco regulatorio, y en asignación de recursos en distintos niveles de gobierno. Entre los retos apremiantes, dos destacan por su magnitud y su relevancia general. El primero es traer a la formalidad al gran número de trabajadores y firmas informales; y hacerlo no con castigos o multas, sino con mejores servicios públicos, con menores impuestos, y con regulaciones menos onerosas. El segundo es reformular y fortalecer la descentralización gubernamental de manera que la capacidad de los gobiernos locales y su coordinación con el gobierno central estén a la altura de los recursos y las responsabilidades que se les asignen.

Sin mejoras en la productividad no habrá crecimiento, ni en el largo plazo, ni sostenido, ni inclusivo, ni de ningún tipo. Acaso surjan beneficios de un año a otro o de una década a otra, porque aumenta el precio de los productos mineros o de algún bien que exportamos; pero eso será solo una eventualidad que no va a durar. Si no se da un aumento en la productividad, no habrá un crecimiento real.

¿Es suficiente la educación para la toma de decisiones? Evidencia experimental sobre actitudes de riesgo individuales en el Perú

En discusiones de diversa índole, sea social, política o técnica, el Perú ha logrado posicionar la educación a la vanguardia de la formulación de políticas públicas. Este horizonte logrado durante los últimos veinte años (véase, por ejemplo, Arregui 2000), sigue la postura de la mayoría de los países en desarrollo en los cuales se cree firmemente que la educación contribuye a mejorar el bienestar en la medida que ayuda a la población a tomar mejores decisiones en un conjunto amplio de opciones. La consigna se origina en una concepción amplia de educación orientada al desarrollo individual y colectivo, que de acuerdo a la Estrategia de Educación de la UNESCO, 2014-2021, pasa por construir la “capacidad de pensar críticamente, de imaginar escenarios futuros, de participar en los procesos de toma de decisiones, la colaboración para hacer frente a los retos actuales y futuros a través de las fronteras disciplinarias, reflexionar y cambiar el comportamiento de uno, y comprender las implicaciones de las acciones de uno de los demás” (Unesco 2014). En diversos ámbitos, individuos desinformados, sin educación pueden ser menos capaces de distinguir entre los costes y beneficios de opciones alternativas, que pueden producir decisiones equívocas, o que disminuyen su bienestar. Éstas pueden variar desde, decisiones diarias en el hogar, tales como comparar el contenido nutricional de los alimentos, a otras más sustanciales, tales como decidir sobre la línea de crédito óptimo de un negocio.

No obstante, mientras que en promedio no hay duda de que una mayor educación se traducirá en un mejor balance de opciones y por ende, mejores decisiones, no es raro encontrar casos en los que una mayor educación no se traducirá en una mejora de opciones para los individuos. Por ejemplo, la literatura económica no termina de resolver por qué muchos agricultores en países en desarrollo prefieren seguir con métodos extremadamente ineficientes de la agricultura, incluso después de haber sido instruidos y se les demostró que, mejoras sencillas y modernas en sus métodos agrícolas, pueden resultar en cosechas mucho más productivas y eficientes (Banerjee & Duflo 2012). Del mismo modo, no está claro por qué pequeños emprendedores en países en desarrollo son tan cautelosos acerca de la apertura de cuentas bancarias formales y prefieren mantener dinero en efectivo “debajo del colchón”, a pesar de los beneficios demostrables y la conveniencia de formar parte de un sistema bancario comercial. Inclusive en un país desarrollado como Estados Unidos, en el contexto de las actuales elecciones primarias presidenciales en el partido Demócrata, Blow (2016) examina la fuerte preferencia de los votantes negros hacia Hillary Clinton en lugar de Bernie Sanders, a pesar de que este último representa mejor sus intereses (véase Baldwin, 1955).

El rol de las actitudes de riesgo individuales

Si bien puede haber diferentes explicaciones para estos comportamientos, en nuestra más reciente investigación “¿La educación aumenta la aversión al riesgo? Evidencia de experimentos artefactuales en Perú” nos centramos en las actitudes de riesgo individuales, que son quizás tan importante como otros factores más comúnmente discutidos como la cultura y la tradición, pero que a menudo se pasa por alto en consideraciones de política. En particular, estudiamos el papel que desempeña la educación en las actitudes de riesgo individuales y, empíricamente, examinamos el grado en que la educación puede aumentar las actitudes de riesgo como lo muestran los ejemplos anteriores. Sostenemos que estudiar esta relación puede ayudar a entender por qué los individuos pueden ser reacios a tomar decisiones coherentes con (los que parecerían ser) sus mejores intereses, independientemente de la educación recibida.

En el contexto de los ejemplos descritos anteriormente, consideremos hipotéticamente que los agricultores que aprenden técnicas agrícolas modernas también pueden aprender que el uso de pesticidas y otros productos químicos puede poner en peligro su salud y puede contaminar el suelo y el agua si no son lo suficientemente cuidadoso. Este aprendizaje puede producir el efecto no deseado de aumentar la aversión a la nueva técnica, en lugar de incentivarla, sobre todo en comparación con métodos agrícolas ineficientes generacionalmente probados. Del mismo modo, en el caso de los pequeños emprendedores, al aprender acerca de los beneficios y la conveniencia del sistema bancario formal, también pueden aprender que estos beneficios también pueden significar perder la noción física de su dinero, algo que ellos perciben como riesgosa y por lo tanto pueden ser reacios a hacer.

El estudio de Chong & Martínez (2016), proporciona evidencia empírica que apoya una relación causal de la educación al riesgo de actitudes que utilizando datos de encuestas representativas y sesiones experimentales realizadas en Lima en el 2007.

En primer lugar, ponemos a prueba la asociación que va desde la educación hacia las actitudes que individuales de correr riesgos. Argumentamos que esta relación es potencialmente causal. Para verificarlo, en la estrategia de identificación propuesta, explotamos el aumento exógeno de construcción de la infraestructura escolar en Lima entre 2000 y 2007. Esta ampliación de la infraestructura educativa en el nivel básico regular (primario y secundario) está asociado a la ‘Ley de Promoción de la Inversión Privada en Educación’, emitida a finales de la década de los noventa, en 1997.

En segundo lugar, todas las medidas de riesgo que empleamos se basan en experimentos ‘en campo’, que son vistos como más fiables que las medidas basadas en encuestas de nivel. Utilizamos tres medidas de experimentales “probadas”, que se han empleado ampliamente y aceptados en la literatura como una buena aproximación para las actitudes de riesgo (véase Kahneman and Tversky 2000, Binswanger 1980, Barr 2003). Como Cárdenas, et al. (2014) explican, la gran mayoría de datos experimentales han sido recogidos entre las poblaciones limitadas o particulares, tales como pequeñas muestras de estudiantes universitarios (Glaeser et al, 2000; Burks, Carpenter y Verhoogen, 2003; entre otros). Por último, nuestros datos experimentales y de la encuesta son representativos de la ciudad, algo que fue tomado en cuenta explícitamente y es bastante poco común en este tipo de trabajo empírico.

Teniendo en cuenta lo anterior, creemos que las contribuciones de nuestro trabajo son importantes para ambos, la literatura sobre las actitudes de riesgo y, potencialmente, a los políticos, que pueden ser capaces de evaluar mejor la eficacia de la promoción de la educación como instrumento de política.

Los resultados

Empleamos tres medidas experimentales estándar de las actitudes de riesgo y encontramos que sobre cada una de ellas, los años de educación de los participantes de la sesión tienen un efecto positivo cuando se emplea el método de mínimos cuadrados ordinarios. Además, contamos con una política de gobierno exógena como parte de nuestra estrategia de identificación, que es ortogonal a la variable dependiente. Los hallazgos apuntan que, con una excepción, hay un apoyo para reclamar una relación de causalidad que va de año, la educación correr el riesgo de actitudes. Nuestros resultados están más cerca de acuerdo a los estudios que muestran una relación positiva, en lugar de una negativa o no monótona.

En general, nuestros resultados son consistentes con estudios previos que muestran una relación positiva entre educación y actitudes de riesgo, con la diferencia de que también encontramos evidencia causal cuando se prueba el efecto de la educación en el riesgo. (véase por ejemplo, Harrison et al. 2007, Jung 2014, Dohmen, et al. 2010). Desde un punto de vista normativo nuestros hallazgos apoyan la idea de que una mayor educación en ocasiones puede llegar a traducir en decisiones inesperadas por parte de individuos, que pueden ayudar a explicar la aparente paradoja de las personas no toman ventaja de las nuevas tecnologías aprendidas, métodos o procesos, independientemente del capital o recursos relacionados. En investigaciones futuras se espera para estudiar más a fondo estas cuestiones, para comportamientos de riesgo específicas tales como en actividades económicas, prácticas de salud, entre otras.

Finalmente, nuestros hallazgos implican que el grado en que la educación puede dar forma a las actitudes de riesgo, puede ayudar a proporcionar una mejor comprensión a los responsables de políticas públicas. Si bien los gestores públicos entienden claramente la importancia de la educación en la agenda política, tienden a descontar de manera significativa la importancia del riesgo individual que perciben los beneficiarios directos en el diseño de políticas, intervenciones y programas de asistencia públicos.

Referencias

Arregui, Patricia 2000. “Las Políticas Educativas Durante los Noventa en el Perú: Resultados y Pendientes” Tarea: Revista de Educación y Cultura 46:7-11.

Banerjee, A., & Duflo, E. (2012). Poor economics: A radical rethinking of the way to fight global poverty. PublicAffairs.

Barr, Abigail (2003) Risk Pooling, Commitment, and Information: An experimental test of two fundamental assumptions. Oxford University, Working Paper 187

Binswanger, Hans (1980), “Attitudes towards Risk: Experimental Evidence from Rural India”, American Journal of Agricultural Economics 62: 395-407.

Blow, Charles (2016) “Stop Bernie-Splaining to Black Voters”, The New York Times, February 10th, B21.

Burks, S. V., Carpenter, J. P., & Verhoogen, E. (2003). Playing both roles in the trust game. Journal of Economic Behavior & Organization, 51(2), 195-216.

Caliendo, M., Fossen, F. M., & Kritikos, A. S. (2009). Risk attitudes of nascent entrepreneurs–new evidence from an experimentally validated survey. Small Business Economics, 32(2), 153-167.

Candelo, Natalia; Polania, Sandra (2008). “Methodological Steps and Experimental Design to Measure Social Capital and Collective Action in Six Latin American Cities” Serie Documentos Cede, Universidad de los Andes, Bogotá. [Data files and code book]. Retrieved from

Cárdenas J.C., A.Chong. and H. Nopo (2009) “To What Extent Do Latin Americans Trust, Reciprocate, and Cooperate? Evidence from Experiments in Six Latin American Countries”. Economia, Journal of the Latin American and Caribbean Economics Association, 9, 2: Spring.

Dohmen, Thomas, Armin Falk, David Huffman, and Uwe Sunde. 2010. “Are Risk Aversion and Impatience Related to Cognitive Ability?” American Economic Review 100:1238-60.

Glaeser E., D. Laibson, J. Scheinkman and C. Soutter, (2000), “Measuring Trust”, Quarterly Journal of Economics, v.115(3) August 2000, 811-846.

Harrison, Glenn W., John List, A., & Towe, C. (2007). Naturally occurring preferences and exogenous laboratory experiments: A case study of risk aversion. Econometrica, 75(2), 433-458.

Jung, S. (2014). Does education affect risk aversion?: Evidence from the 1973 british education reform.

Kahneman, D., & Tversky, A. (Eds.). (2000). Choices, values, and frames. Cambridge University Press.

UNESCO (2014). Estrategia de Educación de la UNESCO, 2014-2021. Francia, 2014.

Artículo Ilustrativo sobre el Impacto de la Contaminación Ambiental Minera en Peso al Nacer: El caso de La Oroya

El efecto de la contaminación minera en la salud de las personas (Angeles, Bacigalupo, et al., 2013) es un área relevante en Economía de la Salud y la gestión de recursos naturales. Si bien se reconoce este impacto, su magnitud y consecuencia económica, en muchos casos, no han sido adecuadamente cuantificadas. La falta de una adecuada medición del problema limita la posibilidad de encontrar una solución factible. Un problema importante para el Perú es investigar ¿Cuál debiera ser la inversión óptima en el sector salud para prevenir enfermedades asociadas a la contaminación minera? o ¿Cuál debería ser el canon óptimo como compensación por la externalidad negativa de la extracción minera?

En este artículo sólo se plantea la problemática, más no desarrollaremos un modelo o estimación econométrica que resuelva la pregunta mencionada. Simplemente haremos una discusión del estado de las artes en el tópico propuesto como punto de partida para el inicio de un artículo de investigación.

¿Cómo lograríamos resolver la pregunta principal planteada? Un buen método para resolver la pregunta es mediante el uso de indicadores relevantes de salud: Peso al nacer. Este indicador no solo refleja la salud general del recién nacido, sino que es un determinante clave sobre la sobrevivencia, salud y desarrollo infantil. El bajo peso al nacer tiene incluso secuelas en la adultez, estando asociado a mayores enfermedades crónicas, menor desarrollo intelectual e incluso menores ingresos futuros y tasa de empleo 1. De esta manera es posible no solo medir la reducción del peso en gramos asociada a la contaminación minera, sino que es también posible traducir la pérdida en peso al nacer en términos de pérdida económica asociada a gastos médicos adicionales, ingresos no percibidos y pérdida de productividad. Es decir todo un costo de oportunidad perdida por la actividad minera y su externalidad en el área de exposición.

Una ventaja metodológica del presente estudio es que aprovecha una coyuntura exógena para estimar una relación causa-efecto entre contaminación minera y peso al nacer. Se podría hacer una estimación de diferencias-en- diferencias para medir el impacto de la orden de cierre de operaciones de la minera Doe-Run en La Oroya sobre peso al nacer. La mina de La Oroya fue cerrada en el año 2009, pero su operación empezó a contraerse desde el año 2007, reduciendo con ello los niveles de contaminación (ver gráfico 1). El estudio utilizaría datos de nacimientos anteriores y posteriores al año 2007, con el fin de cuantificar el impacto exógeno de la reducción de contaminación sobre el peso al nacer en el establecimiento de ESSALUD en La Oroya.

FUENTE: DIRECCIÓN GENERAL DE MINERÍA – PDM – Estadística Minera

http://www.minem.gob.pe/_estadisticaSector.php?idSector=1&idCategoria=10&pagina=1

A manera preliminar, la siguiente figura muestra el nivel de concentración de plomo en el aire que va desde un pico alto de 3,82 microgramos por metro cúbico en el 2005 a 0,02 microgramos por metro cúbico en el 2010. En otras minas en el país como Marcona (explotado por Shougan Perú) los números varían desde 0,025 hasta 0,05 microgramos por metro cúbico para el mismo período en evaluación (INEI).

Fuente: INEI

Asimismo, la figura muestra un cambio estructural en 2005 debido a la realización de las políticas ambientales establecidas por el PAMA. La mina de La Oroya fue cerrada en 2009, es por ello que los niveles de plomo en el aire caen a cifras cercanas a cero.

En nuestro trabajo, responderemos a las preguntas del tema referente a contaminación ambiental, tratando de responder a los efectos económicos, sociales y ambientales de la calidad de aire. No está del todo claro el efecto (Reuer et. al 2012) y en éste artículo se plantea como responder a una inquietud relevante en política de salud. El siguiente paso debe ser el elaborar un modelo acorde a la literatura para cuantificar los efectos de la contaminación en el peso al nacer de la población.

1 Ver Baghurst PA, McMichael AJ, Wigg NR, et al. (1992), Chisolm J, Harrison H. (1956)

Referencias

Angeles, Bacigalupo,… La investigación Económica y Social en el Perú. Balance de la investigación 2007-2011 y agenda 2012-2016 http://old.cies.org.pe/files/documents/DyP/LIBRO-BALANCE- 2012.pdf

Baghurst PA, McMichael AJ, Wigg NR, et al. (1992) “Environmental exposure to lead and children's intelligence at the age of seven years: the Port Pirie Cohort Study.” N Engl J Med

Chisolm J, Harrison H. (1956) "The Exposure of Children to Lead." Journal of the American Academy of Pediatrics.Vol. 18. pp. 943 -958

DIRECCIÓN GENERAL DE MINERÍA – PDM – Estadística Minera

INEI, Compendio de Estadísticas Nacionales.

Reuer M. Et al (2012) “Lead, Arsenic and Cadmium Contamination and its impact on Children’s Health in La Oroya.” ISRN Public Health. Volume 2012.

Beneficios de una Gestión Dinámica de Portafolios en el Sistema Privado de Pensiones del Perú

En el Sistema Privado de Pensiones del Perú (SPP) existen 3 fondos disponibles para los afiliados [1]: el de riesgo bajo (Fondo 1), el de riesgo moderado (Fondo 2) y el de riesgo alto (Fondo 3). Un tema interesante sería determinar si es que vale la pena cambiar constantemente de fondo durante el periodo de acumulación de nuestra cuenta individual de capitalización (CIC).

Para tratar de responder a esta pregunta resulta útil analizar primero un caso ideal. Imaginemos que la AFP nos provee de dos fondos: uno riesgoso y uno libre de riesgo. Por ejemplo, el riesgoso podría ser algo parecido al Fondo 2 o 3 mientras que el libre de riesgo es un fondo o activo que va a proporcionar siempre el mismo rendimiento. Además, la AFP nos ofrecería dos opciones para administrar nuestra CIC. En la primera opción, a la que denominaremos estrategia estática, se invertirá siempre el 100% de nuestro dinero en el fondo riesgoso y en la segunda opción, a la que denominaremos dinámica, la AFP invertirá nuestro dinero en una combinación “óptima” entre el fondo riesgoso y el libre de riesgo. La segunda estrategia es óptima en el sentido que tratará de maximizar el valor final de nuestra CIC pero ajustada por riesgo. Además, la proporción que se invierte en el fondo riesgoso (y en el activo libre de riesgo) se ajustará constantemente en función de lo que suceda con los rendimientos del fondo riesgoso y el nivel de riqueza que tengamos en la CIC en cualquier instante de tiempo.

A la riqueza ajustada por riesgo la denominaremos equivalente de certeza (CE). El CE se puede entender como la cantidad monetaria fija (sin riesgo) que nos daría la misma satisfacción que nuestro fondo individual al momento de jubilarnos. Es importante notar que el valor final de nuestro fondo individual es aleatorio pues está sujeto a la estrategia de inversión seleccionada y a los rendimientos del fondo riesgoso. Sin embargo, la estrategia dinámica siempre logrará (por diseño) el mayor valor posible de riqueza ajustada por riesgo o CE.

Veamos algunos números. Supongamos que el fondo riesgoso tiene un rendimiento real promedio de 5% y una desviación estándar de 8% anual mientras que el activo sin riesgo rinde 2% real al año. El afiliado aporta ininterrumpidamente S/100 (en términos reales) cada mes y se jubila a los 65 años. Asimismo, la AFP cobra 1% anual de comisión sobre el saldo y vamos a considerar un afiliado que no es muy arriesgado en sus decisiones [2]. La Tabla 1 contiene la información acerca de la riqueza final ajustada por riesgo (CE) de las dos estrategias para afiliados que entran al SPP en distintas edades. Por ejemplo, si la edad de ingreso es 20 años, el afiliado acumulará en su CIC durante 45 años.

A partir de la Tabla 1 podemos observar que en ambas estrategias la comisión de 1% de la AFP consume entre el 20% y 25% de la riqueza final (ajustada por riesgo) de un afiliado que entra al SPP a los 20 años. Mientras que para el afiliado que entra a los 40 años, la comisión por saldo consumiría entre el 12% y 18% del CE terminal de la CIC. Si asumimos la comisión de administración de 1% de la AFP y un afiliado que entra al SPP a los 20 años, el ratio de los CE generados por la estrategia estática y la dinámica (óptima) es 138.9/333.8=41.6%. Esto implica, que la estrategia estática genera solo el 40% de CE que genera la estrategia dinámica. Además, los ratios para las edades de 30, 40 y 50 años son 49%, 60% y 73%, respectivamente. Resulta claro que los beneficios de la estrategia dinámica son importantes pero disminuyen con la edad de ingreso al SPP. Es importante mencionar además que todos los ratios obtenidos resultarían independientes del aporte mensual debido la forma asumida para representar la actitud al riesgo del afiliado.

Fuente: Elaboración Propia

Podemos concluir a través de este caso simplificado que la estrategia dinámica podría generar importantes beneficios para el afiliado del SPP. Actualmente, la estrategia dinámica se deja totalmente en manos del afiliado a través de los cambios que éste pudiera realizar entre los tres fondos disponibles. Con lo cual, sería importante que las AFP pudieran ofrecer (o al menos estudiar) estrategias dinámicas de gestión de fondos de pensiones. Sin embargo, tales estrategias solo serían posibles, o tendrían un costo razonable, si la inversión del fondo riesgoso se realiza en activos líquidos que tengan bajos costos de transacción.

Acerca del autor

Luis Chávez Bedoya es Profesor Investigador del Área de Contabilidad, Finanzas y Economía de Esan Graduate School of Business. PhD y MS en Management Sciences por Northwestern University, MS en Matemáticas e Ingeniero Industrial por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido Profesor Investigador del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Estadística de Johns Hopkins University. Sus áreas de investigación son ingeniería financiera, teoría del portafolio y métodos cuantitativos en administración. Ha publicado artículos en revistas como Quantitative Finance, Journal of Asset Management, CEPAL Review, Estudios de Economía de la Universidad de Chile, Journal of Pension Economics and Finance, entre otras.

[1] Información a marzo de 2016. En abril de 2016 se empezará a ofrecer el Fondo 0.

[2] Vamos a asumir un afiliado con una función de utilidad del tipo constant relative risk aversion (CRRA) con aversión al riesgo moderada.